Precalienta el horno a máxima temperatura.
Saca la bandeja del horno y coloca encima la masa de pizza desenrollada con el papel hacia abajo para que no se pegue.
Con ayuda de un vaso ancho, marca círculos apretando el vaso hacia abajo. Intenta aprovechar al máximo la superficie de la pizza juntándolos.
Una vez cortados todos, quita la masa sobrante y hornea el tiempo según las instrucciones del fabricante.
Cuando las mini pizzas estén doradas y cocinadas sácalas del horno y déjalas enfriar unos minutos.
Mientras echa en un bol las aceitunas escurridas, el diente de ajo cortado en trozos pequeñitos, las hojas de una rama de romero y las de una rama de tomillo. Tritura todo esto con una batidora hasta que quede como una pasta.
Pica el queso en daditos pequeños y reserva.
Ya sólo te falta untar la pasta de aceitunas en cada una de las mini pizzas con la ayuda de un cuchillo y añadir un buen puñado de daditos de queso por encima.
Termina con un chorrito de aceite y unas hojas de romero y tomillo. Repite el proceso con todas las mini pizzas que te hayan salido y... ¡A comer!
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